Cuando Pame contactó conmigo para proponerme que escribiera mi punto de vista sobre la conciliación, me pareció que sería muy sencillo hablar sobre el tema y acepté sin dudarlo. Pero la verdad es que llevo unos días pensando mucho en cómo abordarlo y ya no me parece tan sencillo.
Supongo que hay
tantas formas de conciliar como
familias Y en nuestro caso, mi opinión varía un poco dependiendo de lo agobiada
que esté. En un día malo te puedo decir que eso de conciliar es un timo, que no
hay manera de hacerlo, que en realidad siempre estás renunciando a algo porque,
sencillamente el día sólo tiene 24 horas y tienes que repartirlas entre tus
hijxs, tu trabajo, las tareas del hogar, tu pareja, contigo misma… Pero en un día
bueno (que afortunadamente son la mayoría) te puedo decir que es tan sencillo como hacer malabares ;)
En mi caso, el
nacimiento de mi hijo supuso un gran cambio en mi forma de entender el mundo.
Lo que impulsó la decisión de cambiar mi forma de ganarme la vida. Ya sé que,
en estos tiempos, suena un poco loco dejar el trabajo y emprender un nuevo
negocio durante las siestas de un bebé. Pero era lo que mi instinto me pedía y,
afortunadamente, papá estuvo de acuerdo conmigo. Le estoy muy agradecida por lo
que se esfuerza trabajando fuera de casa para que yo pueda acompañar a nuestro
pequeño en sus primeros años.
No te voy a
mentir, hay mucho que hacer antes de que un negocio ruede y admito que, ahora
mismo nuestra economía está algo apretada. Pero, para mi, no hay dinero en el
mundo que compense el haber tenido a Daniel conmigo durante sus primeros 18
meses. E incluso ahora que pasa 3 horas al día en una guardería, es un lujo
poder estar tan presente en su día a día.
Nuestra rutina
es un poco loca. Papá trabaja por turnos y hay semanas en las que el horario no
coincide muy bien con el del
peque. Aunque esas semanas hago algo de trampa y permito que la siesta se
alargue un poco para que aguante despierto y pueda ver a papá antes de irse a
dormir. Si, ya sé que eso hace que se levante más tarde por la mañana y yo
tenga que correr para llegar a tiempo en la guardería. Pero se compensa al ver como la cara de Daniel se
ilumina cuando su padre llega a casa y escuchar sus risas mientras juegan un
rato juntos.
Por semana,
recojo al peque en la guarde, si no llueve pasamos un rato en el parque, se suele
dormir apoyado en mi espalda de camino a casa, en donde (si hay suerte) sigue
durmiendo y yo como terminando lo que me queda pendiente del trabajo. Y si no
hay suerte… pues asumo que ese día algo se tiene que quedar a medias.
Cuando
despierta, merendamos e intento integrarlo en el día a día de la casa. Así que
si hay que barrer, una escoba para cada uno, si hay que pasar el polvo, un
plumero también para él y si toca tender… intentar distraerlo con las pinzas
para que no me tire la ropa por la ventana jejejej Esto hace que todooooooo sea
mucho más lento y que luego tenga que llegar papá a repasar lo que no me dio
tiempo. Pero creo que es importante que vaya entendiendo, a modo de juego, que
todas esas cosas hay que hacerlas. Y me da la sensación que si se despierta y
está todo recogido va a pensar que se hacen por arte de magia. Además, para
esas tareas no hace falta concentración y para mantener el blog si.
Algo que me
ayuda mucho, aunque no siempre lo consigo, es levantarme un par de horas antes
que el resto de la familia. Antes era totalmente noctambula, pero después de
todo el día con el peque, no me quedaban fuerzas para concentrarme en el
trabajo, así que intento cambiar el ritmo. Intento acostarme en cuanto se
duerme, me levanto casi descansada, desayuno con calma, organizo el día e
intento dejar avanzado lo importante. Cuando lo consigo es un descanso llegar a
la tarde y poder dedicarme a jugar o pasear con el peque. Y cuando no lo
consigo, pues una visita a la abuela que siempre esta encantada de jugar un
rato con el peque y darme un poco de tiempo extra ;)
Ahora que he
puesto por escrito nuestra rutina, me he dado cuenta de que más que una
conciliación, lo nuestro es una maratón. Siempre con cosas que hacer y de las
que estar pendiente. No sé si se puede llegar realmente a conciliar de una
forma optima. Los peques nos necesitan tanto, que a veces me entran dudas sobre
si lo estamos consiguiendo. Supongo que al final se trata de encontrar un
equilibrio y, en ese sentido, nosotros lo hacemos lo mejor que podemos y
sabemos con los recursos que tenemos. A veces es duro y hay noches en las que
juraría que en vez de dormir, me desmayo al tocar la cama. Pero, la verdad es
que me desmayo muy feliz de tener la familia que tengo.
Jessica y su peque |
Quiero decirte Jessica y a todas las mamis y papis que mucha fuerza. Tu historia (ya te lo dije!) me recuerda mucho a mi día a día. Y si, es una maratón, es lo que hay en este momento!! Pero no por ello no vamos a intentar mejorar el mundo, paso a paso. Sé que haces todo lo que puedes.
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